Albert
Espinosa.
Albert
Espinosa es de ese tipo de personas que despierta sentimientos totalmente
contrarios en los que leen sus libros: o lo quieres o lo odias.
En lo referente
a su forma de escribir es cierto que es muy simple, puedes encontrar puntos suspensivos en casi
todas sus páginas (cosa que de vez en cuando desquicia), utiliza frases muy
cortas… pero la sencillez, esa sencillez es la que engancha a los que lo
adoran.
No hace
falta usar palabras complicadas o frases enrevesadas para llegarte al corazón o
hacerte pensar.
Durante
estas dos semanas posiblemente comente más de un libro de Albert Espinosa
(aunque ya lo haya hecho anteriormente), pero como ya dije el otro día, estoy en un club de
lectura, y para nuestra próxima reunión hemos decidido leer toda la obra de
Albert Espinosa.
En este
caso os voy a hablar de “Brújulas que buscan sonrisas perdidas”: su cuarto
libro.
He leído
varias opiniones por Internet y, sobre todo una, me ha llamado mucho la
atención hasta llegar a provocarme una gran carcajada y eso que en el fondo lo
está dejando a la altura del betún, pero es que si te pones a pensar, en cierto
modo tiene parte de razón.
Ekaitz es el
segundo de cuatro hermanos, hermanos que adoran a su madre y sin embargo
sienten un gran respeto e incluso temor, hacia su padre. En el lecho de muerte
de su madre, Ekaitz le promete que cuidaría de su padre y es ahora, pese al
odio que siente hacia él, cuando tiene que saldar su deuda.
Su padre es
un director de cine que estaba tan ocupado amando su trabajo que no le prestó a
sus hijos toda la atención que necesitaron y eso es algo que nuca podrán
olvidar. Sin embargo, ahora es un pobre hombre desvalido que lucha cada día
contra el cáncer y el alzhéimer.
Cuando llega
a casa de su padre para cuidarle (casa que vio nacer a todos y cada uno de sus
hermanos) le confunde con un compañero
suyo del mundo del cine y le propone rodar juntos una película.
Es a partir
de este instante cuando empezamos a conocer a Ekaitz: un hombre que perdió a su
mujer en un accidente de tráfico y le dejó con dos niñas gemelas; un hombre que
no se habla con sus hermanos; un hombre con un gran amor hacia su madre; un hombre
enfermo y con inseguridades...
Como libro
me ha gustado, no lo puedo evitar, pero sí que es cierto que cansa un poco que
siempre tenga que haber alguien enfermo. En este en concreto hay 6 personas
enfermas de las cuales algunas mueren a causa de la enfermedad que padecen,
otras, como la mujer de Ekaitz, que muere
en un accidente de tráfico y así sucesivamente. Pero bueno, ahí está siempre
Albert con sus dosis de positivismo y viendo el lado bueno de todo porque como
dice el refrán “no hay feria mala: lo que uno pierde otro lo gana”
Me gustaría
comentar varios puntos pero de hacerlo aquí estaría destripando gran parte del
libro, así que me lo guardaré para le reunión y, si es menester, más tarde
publicaré las reflexiones sobre su obra en otro post.
Y ahora os
dejo con un par de frasecillas de esas que hacen que sepas que se trata de
Albert Espinosa:
“Ella, de
broma, nos decía que caer era normal. Decía que éramos sacos de patatas… Que
los humanos éramos sacos de patatas de cincuenta, sesenta o noventa kilos que
caminábamos sobre plataformas extrañas… Pero que los sacos de patatas no se
conformaban con caminar bien sin caer, sino que además llevaban bolsos en las
manos, ropa, objetos y complementos en la cabeza… Y hablaban, gritaban, discutían,
miraban hacia otro sitio e incluso se enamoraban… ¿Cómo querían que no nos cayéramos?”
“Continúo
pensando que los amores no correspondidos son la droga natural
más potente del mundo. Tanto para los
que lo practican como por el fruto del
amor no correspondido… Todos acaban siempre sufriendo, pero se acaba cayendo en
sus redes.
Hay una
épica difícil de explicar. Se sufre, se intenta, se sufre, se prueba… ¿Qué te
hace desear alguien con tantas ganas cuando sabes que no te quiere? Y si lo has
sentido, si te has sentido deseado y lo has rechazado, ¿por qué deseas a
alguien que sabes que no te corresponderá?”
Sin lugar a dudas, Albert es una persona que no deja indiferente a nadie y quizás eso es lo que le hace especial, que tanto para bien como para mal, no deja indiferente a nadie que haya tenido alguna vez uno de sus libros entre las manos.
¡Nos Pitufamos!
2 comentarios:
No puedo comentarte porque no puedo leerte. Mañana voy a la biblioteca a por este libro. Al paso que voy, me voy a leer los dos que me quedan este finde! En fin, volveré aquí a comentarte cuando lo haya leído.
Ayer lo terminé y, aunque me gustó, tampoco lo considero muy allá. No he encontrado nada que supere a "Si tú me dices ven..". En fin, en pocas horas lo comentaremos más y mejor. Por cierto, una vez leído, he leído también el post que me pasaste.... me parto jajajajajaja me veo mañana la tertulia por ahí xD
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