¡Buenos días casi pre-tardes queridos Pitufines!
Madre mía, mi primer post del año y es en el mes de abril. Podría excusarme, sobre todo ante mí misma, diciendo que he estado muy ocupada yendo de aquí para allá y sin parar de hacer cosas, pero lo cierto es que no ha sido así. Está visto y comprobado que cuánto más tiempo tiene una Pitufa menos hace y eso no es bonito, ni siquiera es atún.
Bueno, leyendo lo que acabo de escribir parece que me haya pasado todos estos meses tirada en el sofá de mi seta tocándome... exactamente, la seta. He aprovechado para ver series, quedar con pituamigos, ver películas, realizar pequeñas escapadas e incluso un viajecito (ya os contaré con fotos incluídas), leer (eso siempre), reconciliarme con el arte de hacer manualidades y retomar mis cabreos monumentales con el fimo y mi manía de hacer las cosas asimétricas, intentar aprender a hacer ganchillo y tener la esperanza de recibir la llamada que me diga de una vez por todas que tengo un hueco esperándome para volver a trabajar a finales de junio. Hay que ver lo que le gusta a estos empresarios jugar con la ambigüedad. Al final vuelven a una loca y no sabe si está haciendo lo correcto o no.
Y ahora que parece que el sentimiento de culpa se va desvaneciendo, voy a hablar de libros.
En estos meses he leído unos cuantos aunque no tantos como esperaba, así que os voy a hablar del último y a la vez, el primero.
Lo de el último es fácil: es el último libro que he leído. Es más, lo empecé el jueves por la tarde y viernes por la mañana ya lo había terminado por lo que se puede entender que, por lo menos, me ha resultado entretenido.
¿Lo de que a la vez es el primero? Bueno, eso es un poco más largo de contar pero no ocupará más que un par de líneas: Como ya sabréis, a todos los que nos gusta leer nos encanta comprar libros y al final tenemos tantos que acaban tristemente amontonados unos encima de otros en las mesas, cama, estanterías... e incluso algunos acaban en una triste caja porque has preferido tener otros la estantería y acaba relegado a un segundo o tercer lugar. Así que para intentar ponerle solución al gran problema del espacio, mamá Pitufa me regaló un libro electrónico con la condición de que no me compre más libros. Ayyyy, pobre ilusa si piensa que no voy a seguir comprando libros. Vale, no será como antes, pero hay escritores que se merecen un lugar privilegiado en mi estantería. Eso está claro, eso es asi.
Pues bien, el libro que nos ocupa me llamó la atención desde la primera vez que lo vi expuesto en una librería: "
Todas las chicas besan con los ojos cerrados" es el título en cuestión y siempre me llamó la atención pero, como pasa con muchas cosas, no encuentras el momento ideal para comprarlo y dejas pasar los años.
Cuando tuve el libro electrónico en mis manos, lo primero que hice fue buscarlo y entre varios títulos lo elegí a él para ser el primero con el que me estrenaría leyendo el libro electrónico.
Y ahora sí: señoras, señores,
Todas las chicas besan con los ojos cerrados.
"Álex Noè es un joven barcelonés de treinta y pocos años con complejo de Peter Pan. No se puede quejar: tiene un buen trabajo que le da para vivir a él y a su compañero peludo de cuatro patas Cheewi, su pequeño loft donde viven los dos de alquiler, tiene sus amigos, esporádicas parejas sexuales, su follamiga que nunca le falla.... pero le falta algo y piensa que ya ha llegado el momento de sentar la cabeza.
Y es en la fiesta de fin de año que organiza su amigo Martín donde conoce a Natalia, una All-star o una MVP y se siente totalmente atraído por ella. Cuando la conoce, Álex se encuentra en ese momento de su vida en el que quiere una relación estable, amueblar la casa y que parezca la página 60 del catálogo de Ikea, enamorarse... pero al mismo tiempo no puede parar de pensar que hay otras mujeres paseando por la calle, otras mujeres a las que enamorar.
Una historia de amor, desamor, redes sociales, juventud vs edad adulta..."
... y hasta aquí puedo leer.
Como ya os he comentado un poquito más arriba, se trata de un libro que tenía muchas ganas de leer. Sí, el título me llamó especialmente la atención y eso puede ser un arma de doble filo ya que últimamente las estanterías de las liberías están repletas de libros con títulos súperhipermegalargos a la par que llamativos y portadas en las que aparecen gatitos (sí, esta Pitufa no se puede resistir a un libro con gatitos en la portada), y al final todas las expectativas que tenías puesta caen de un plumazo.
Bueno, por suerte no ha sido así.
Es una historia de amor muy fresca, muy actual. Cada vez son más los chicos y chicas que no se quieren comprometer y es a partir de los 30 años cuando empiezan a ver la vida con otros ojos y lo cierto es que no está mal: has disfrutado de tus años de juventud como has querido pero llega el momento en el que decides sentar la cabeza pero el cambio es muy radical y más si eres como Álex, una persona que aún siendo feliz no está contento con nada y con respecto al amor, no deja de pensar en todas las mujeres que se está perdiendo por estar solamente con una.
Es un libro que se lee muy rápido, una estructura narrativa sencilla, se centra mucho en los diálogos lo que hace que resulte más ameno a la hora de leer. Además, a través de los diálogos se aprecia mejor la personalidad de cada uno de los personajes, utiliza un lenguaje muy actual dando un gran protagonismos a las redes sociales, los distintos de tipos de amistad que hay hoy en día y que ahora se les ha puesto etiqueta.
Y lo que más me ha gustado es que por fin no se trata de una historia de amor narrada desde el punto de vista de la mujer. Por fin es un hombre el que saca a la luz sus inseguridades, su egoísmo, el estar pensando continuamente en el sexo ya que para él es algo que tiene un papel muy importante en su vida y encima (gracias) no lo hace desde la ñoñería y el pastelosismo más absoluto. Y lo mejor de todo es que es un personaje al que al final le acabas cogiendo cariño ya sea por su naturalidad, inseguridades (nos encanta ver a un chico con inseguridades XD), la relación tan especial que tiene con su perro, esa afición por Star Wars, El Señor de los Anillos, la NBA... Álex es, lo que viene siendo, un capullo adorable
En fin, pese a que no deja de ser una historia de amor y desamor, con esa frescura y todos los puntazos frikis que va dejando caer, hace de "Todas las chicas besan con los ojos cerrados" un libro entretenido, interesante y que no dejará indiferente a nadie ya que, si no es en nosotros mismo, seguro que a algún conocido vemos reflejado en esta historia.
Y para terminar os dejo una par de frasecillas en las que hay amor, metáforas frikis...
"Nos hicieron creer qur cada no de nosotros es una media naranja, y que la vida tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros. que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta" (Johnn Lennon)
"[...] Eso es porque las relaciones duran lo que dure el número de polvos que la pareja tenga asignados. Cuando se terminan, termina la pasión, termina la relación. Al final, os bada miedo que cada polvo fuera el último y que todo se acabara. Por eso con el paso del tiempo las parejas dejan de follar, porque temen el momento de afrontar que ya no están hecho el uno para el otro."
Como diría Álex, es la teoría más triste que he oído pero es tan real.
"Todo el mundo sabe que ir al Ikea un sábado por la tarde es como ir a Mordor para lanzar el Anillo Único a los fiegos del Monte del Destino. Eso es seguro. Eso es así. Si se añade que no lo acompañan ni Aragorn, ni Legolas, ni Gimli, ni Gandalf, ni ninguno de los hobbits de la Comunidad del Anillo que partieron de Rivendel (el hogar de Ellrond), Álex, ciertamente, preferiría ser violado por una manada de orcos salidos durante tres días y tres noches".
¡Nos Pitufamos!
