martes, 14 de enero de 2014

Buenas noches queridos Pitufines:

Hoy vengo a hablaros de la última novela que he tenido el "placer" de leer.
Desde hace unos meses estoy en un club de lectura en el cual intentamos tocar todo tipo de géneros literarios y el último de ellos, pese a la animadversión que causó (o quizás pudor), fue el de literatura erótica.

A mí es un género que siempre me ha llamado la atención ya que en muchos libros puedes encontrar algún pasahe un poco subidito de tono, pero nunca había leído uno que se basase simplemente en ese tema.

Nuestra protagonista es O, una chica que mantiene una relación desde hace aproximadamente un año con René y que un día, estando los dos en un taxi, le pide que se quite la ropa interior. Ella, sorprendida por la petición que le hace, acaba aceptando y seguidamente se dirigen a una mansión donde será poseída por distintos hombres bajo la atenta mirada de su amado René.
A partir de ese momento comienza para ella una vida de esclavitud sexual con unas pautas a seguir como estar siempre con la boca entre abierta, no cruzar las piernas, no llevar nunca ropa interior, no mirar directamente a la persona que te está poseyendo y estar en todo momento dispuesta a cualquier acto sexual y vejación, sin olvidarnos de los continuos latigazos que en cualquier momento puede recibir. Esta práctica se denomina BDSM.
Una vez que ya está "domesticada", René se la presenta a su hermanastro Sir Stephen, quien se enamora de ella nada más verla y acabará convirtiéndose en su verdadero amor, en aquél que de verdad le hará sentirse completa. 



Cualquier que lea este libro dirá que lo que se narra es una locura, cómo puede dejarse azotar cada día a base de latigazos...En todo momento ella acepta este tipo de actos e incluso disfruta con ellos. Podría dejarlo pero la realidad es que no puede porque al final acaba siendo adicta al sexo, los latigazos, a la incertidumbre de saber que en cualquier momento alguien puede poseeral  y, lo que es más importante, difruta con ello y eso nunca hay que olvidarlo.
En mi opinión, además de disfrutar sexualmente, creo que también hay un mensaje de amor y es que para René es como un trofeo y la quiere tanto que quieren que disfruten de ella, que todos sepas que le pertenece y que puede dársela a cualquiera, que es lo que hace con Sir Stephen y ella acepta las vejaciones porque sabe que así le demuestra su amor a René y quiere hacerle feliz.

Algo que me ha sorprendido mucho es la elegancia con la que esta novela está escrita. Al hablar de sexo, sin quererlo, se acaba cayendo en la vulgaridad, sin embargo aquí se trata de una manera natural, lo hace todo muy fáci y no utiliza un vocabulario soez, lo cual es de agradecer ya que bastante perversas y duras pueden llegar a ser muchas escenas como para acompañarlo de diálogos o narraciones que rocen la vulgaridad y que hagan de esta novela una lectura sucia. Sinceramente, me parece una escritura impecable.

¿Aconsejaría este libro?
Es complicado porque después de ver las reacciones de los presentes el día que se comento "Historia de O" en el club de lectura te das cuenta de que el sexo, por muy liberales que podamos ser de cara a la galería y comprensibles, sigue siendo un tema tabú, que te hace sacar los colores y que incluso te da vergüenza tratar delante de mucha gente.

A mí me ha resultado una lectura muy grata, entretenida y puede que alguna vez un libro de este género vuelva a caer en mis manos aunque dudo que me pueda llegar a gustar tanto su narración

 ¡Nos Pitufamos!


1 comentarios:

Miri dijo...

A pesar del pudor que me provoca hablar de estos temas, el otro día tuvimos un buen debate sobre este libro. Hay que decir que no sólo nos hemos adentrado (más bien penetrado) en el género erótico, sino además en un subgénero un tanto peliagudo. De acuerdo que no cae en la vulgaridad del lenguaje y es de agradecer, sobretodo para la tertulia posterior, pero el tema en sí me produce escalofríos. Es un estilo de vida que no llegaré a entender nunca. Cada uno hace con su cuerpo lo que quiere y la gente que vive así es porque quiere. De hecho, son muy estrictos con eso, tienen sus propias reglas y la más importante es la voluntad, el permiso que uno da para ser sometido. Peeeero, aun así, no lo entiendo ni lo comparto ni lo veo algo racional. De acuerdo que se puede encontrar placer en el dolor, pero estamos hablando de un dolor muy extremo y de una serie de tratos que considero vejatorios. En fin, recomiendo la lectura de Historia de O si se quiere conocer ese mundo. Está muy bien escrito y refleja muy bien una situación que bien podría haber sido real. En ese sentido me ha recordado a Lolita de Nabokov, un asco de historia, pues trata básicamente de la justificación de un pederasta para hacer lo que hace y eso es algo muy duro de leer, pero muy bien escrita. En fin, a ver si seguimos el debate, que nos quedamos a medias el otro día

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