martes, 29 de julio de 2014

...O la curiosa historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió a los hombres el tiempo robado

Buenas noches queridos Pitufines:

Hoy vengo a hablaros de una novela catalogada como infantil que hacía tiempo que tenía en la estantería pero que no encontraba el momento de leer.
Tal vez, de haberlo hecho cuando era pequeña no me hubiese gustado tanto como ahora o no la hubiese entendido.

Os hablo de "Momo", de Michael Ende (autor de "La historia interminable").

Hace un tiempo sacaron una colección en El círculo de lectores de clásicos infantiles y cuando leí la sinopsis de éste, me enamoré. Es más, no podía entender que se tratase de un libro infantil y, desde mi punto de vista, no lo es. Es de esos libros que lees de pequeñe y cuando creces tienes la imperiosa necesidad de volver a leerlo para disfrutarlo de verdad aunque, como diría Gigi Cicerone "¡Y qué significa verdad! Todo el mundo es un gran cuento y nosotros actuamos en él"


"A las afueras de una ciudad italiana cuyo nombre no nos es conocido, vive una niña huérfana llamada Momo en un anfiteatro. Pero Momo no es una niña cualquiera: tiene el don de saber escuchar y de esa forma resolver los problemas de todos sus amigos (sobre todo de Gigi y Beppo).
De repente aparecen unos seres llamados Hombres grises que se dedican a ahorrar el tiempo de las personas metiéndolas en un banco de tiempo para que puedan tener más el día de mañana. De esta forma la gente deja de "perder el tiempo" en cosas tan cotidianas como preguntarle a un vecino qué tal está y estos seres acaban llegando también al pequeño mundo en el que reside Momo y ella, con ayuda de una tortuga llamada Casiopea, deberá conseguir que la vida vuelva a la normalidad y devolver a los ciudadanos el tiempo que les ha sido arrebatado"



Es curioso como vivimos influenciados por el tiempo, siempre mirando el reloj y dejando a un lado las pequeñas cosas que hacen que la vida merezca la pena. Y ya no es solamente eso. Vivimos en una sociedad en la que, cuando somos pequeños nos pasamos media vida en la escuela estudiando y cuando nos hacemos mayores esa media vida nos la pasamos en el trabajo de tal modo que, si te pones a pensar, no has hecho nada y no tienes tiempo para las pequeñas cosas que de verdad importan y una de ellas es la especial habilidad que tiene nuestra Momo: saber escuchar.

Me ha parecido un personaje tan entrañable, tan especial... Es una pena que no existan más personas como ella, con la capacidad de transmitirte tanta paz y serenidad que puedas abrirle tu corazón sin miedo al que dirán, simplemente dejar fluir tus sentimientos sin ser juzgado y sentirte limpia por dentro.

"Lo que la pequeña Momo sabía hacer como nadie más era escuchar. Eso no es nada especial, dirá quizás algún lector; cualquiera sabe escuchar.
Pues eso es un error. Muy pocas personas saben escuchar de verdad. Y la manera como sabía  escuchar Momo era única.
Momo sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes. No porque dijera o preguntara algo que llevara a los demás a pensar esas ideas, no; simplemente estaba allí y escuchaba con toda su atención y toda su simpatía. Miraba al otro con sus grandes ojos negros y el otro en cuestión notaba de repente cómo se le ocurrían pensamientos que nunca hubiera creído que estaban en él.
Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería. O de tal modo que los tímidos se sentían de repente muy libres y valerosos. O los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres. Y si alguien creía que su vida estaba totalmente perdida y era insignificante y que él mismo no era más que uno entre millones, que no importaba nada y que se podía sustituir con la misma facilidad que una maceta rota, iba y le contaba todo eso a la pequeña Momo, y mientras hablaba, de modo misterioso, le resultaba claro como él sólo había uno entre todos los hombres y que, por eso, era importante a su singular manera, para el mundo.
¡Así sabía escuchar Momo!"

Cada página de "Momo" ha sido como un regalo, al igual que el tiempo que se nos ha dado y por ello debemos tratarlo con cariño y hacer que cada segundo sea más especial que el que acabamos de dejar y disfrutarlo de la mejor manera posible olvidando la tonta frase de "perder el tiempo" porque nunca el tiempo es perdido ya que siempre se aprende algo.


"Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos durante esa hora. Porque el tiempo es vida.Y la vida reside en el corazón."

¡Nos pitufamos!