lunes, 11 de febrero de 2013

Sabor agridulce


Buenos días queridos Pitufines:

En esta mañana de viento por el país de los Pitufos, os traigo una novela de habla hispana que fue galardonada en el 2010 con el Premio Planeta

Como otros muchos de tantos, son de esos libros que compras porque no hay ninguno que te impacte cuando estás ojeando la revista del Círculo de lectores.
Unas veces te llevas una grata sorpresa, otras una pésima y, en este caso, te quedas en un "bueeeeno, no está mal. Se puede leer"

El libro en cuestión es "Riña de gatos: Madrid 1936" de Eduardo Mendoza.

Cuando escribo la sinopsis de un libro intento hacerlo sin escribir lo que viene en el reverso de la tapa, es decir, que me gusta hacer a mí la sinopsis aunque a veces coja cosas de la descripción de la tapa. En esta ocasión voy a copiarla de forma íntegra.

"Un inglés llamado Anthony Whitelands llega a bordo de un tren al Madrid convulso de la primavera de 1936. Deberá autenticar un cuadro desconocido, perteneciente a un amigo de José Antonio Primo de Rivera, cuyo valor económico puede resultar determinante para favorecer un cambio político crucial en la historia de España. Sin embargo, turbulentos amores con mujeres de distintas clases sociales distraen al crítico de arte sin darle tiempo a calibrar cómo se van multiplicando sus perseguidores: policías, diplomáticos, políticos y espías en una atmósfera de conspiración y de algarada."


Cuando termino de leer un libro tengo la manía de buscar críticas de otros pitufos que también lo han leído  y contrastar sus opiniones para ver si son iguales o difieren. Además, en muchas ocasiones las opiniones de otros pitufos sirven para darte cuenta de detalles de los cuales no habías prestado atención.

Bueno, antes de nada he de decir que no había leído nunca nada de este escritor por lo que no puedo compararlo con sus obras anteriores. Hay quién dice que con esta novela ha dejado en el olvido una época un tanto oscura de él con libros de dudosa calidad para resurgir de sus cenizas y otros optan por decir que este hombre ya no va a volver a levantar cabeza dentro del mundo literario.

Si estás leyendo esto imagino que la opinión que te debe importar es la de esta Pitufa, así que vamos al lío.

Como ya he dicho, son de esos libros que coges por casualidad y la verdad es que me ha dejado un regustillo un tanto agridulce.

Anthony Widelands llega a Madrid para comprobar la autenticidad de unas pinturas cuando se encuentra con una obra supuestamente de Velázquez, de la que nunca nadie había tenido constancia hasta ahora y su obligación era constatar su veracidad. Esta obra pertenece al Duque de Igualada que mantiene una estrecha relación con José Antonio Primo de Rivera con quien congenia muy bien Anthony porque, ante todo, siempre mantienen a un lado sus ideologías... sinceramente, suena un tanto extraño que puedas tener tanta complicidad con una persona que no tiene absolutamente nada que ver contigo

A todo esto aparecen por ahí las hijas del Duque. Es en ese momento cuando recuerdas la sinopsis aquella que leíste en su día que te decía que los turbulentos amores con mujeres de distintas clases sociales le hacen distraerse del cometido por el que está en Madrid... Vamos a ver, tampoco es que esperase una relación de lujuria y pasión descontrolada en el Madrid de 1936, pero vamos, que eso de turbulentos amores... el hombre más bien es un poco sosainas y un sin sangre, ya no sólo en el aspecto amoroso, sino en todos en general.

El que en la novela aparezcan personajes como Primo de Rivera, Franco, el General Mola... le da un cierto atractivo pero llega un momento en el que dices "no puede ser que todo Madrid esté pendiente de un simple inglés"

Pese a todo, es una novela que me ha resultado entretenida y fácil de leer aunque en muchas ocasiones los párrafos estaban repletos de palabras rimbombantes que te hacían interminable la lectura de éste.
Es cierto que desconozco los libros que en aquél año optaban al Premio Planeta, pero dudo que éste fuera el mejor de todos los que tenían posibilidad de ganarlo.

Jamás privaría a nadie del placer de la lectura, y pese a no ser una gran obra, para mí siempre es gratificante tener un libro entre las manos al igual que para cualquier fanático de la lectura así que ha leer se ha dicho ^^

¡Nos Pitufamos!


1 comentarios:

Miri dijo...

No sé por qué pero he estado en todo momento pensando en "El Ocho" de Catherine Neville mientras leía tu post. Quizá sea por la mezcla de personajes históricos reales y ficticios. O por introducir elementos artísticos, como es el cuadro en torno al cual intuyo que se articula la trama. El caso es que tanto aquel como este no me suscitan ningún interés. Alomejor he malinterpretado tus palabras y debería darle una oportunidad, pero no me llama la atención y no me has transmitido una buena sensación tras habértelo leido. Hay libros más interesantes que ocupan mi tiempo

Por cierto, tan sólo un apunte de algo que veníamos comentando esta mañana por la calle: "suena un tanto extraño que puedas tener tanta complicidad con una persona que no tiene absolutamente nada que ver contigo" Ejem, ejem.... Nada más que añadir.. (espero que pilles por qué o quién te lo digo.... jajajaja)

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